Mi compadre bloggero y colega periodista Carlos Terrones L. de Lima, Perú, me acercó su investigación en torno de la tragedia que se abatió sobre la ciudad de Pisco y otras localidades al sur de la capital que ha causado más de 700 muertos, según las estimaciones más serias por estas horas.
A su ajustado análisis del cataclismo natural -que per se, por definición, no resiste la compañía de ningún adjetivo antropomórfico- Carlos nos pone frente a un potente y documentado testimonio de una feria de vanidades, intereses creados, convidados de piedra, impericias y mezquidades, estas sí a imagen y semejanza del hombre y sus pequeñeces.
Como suelo afirmar en páginas como ésta:
No me crean a mí, lean a Carlos:
A su ajustado análisis del cataclismo natural -que per se, por definición, no resiste la compañía de ningún adjetivo antropomórfico- Carlos nos pone frente a un potente y documentado testimonio de una feria de vanidades, intereses creados, convidados de piedra, impericias y mezquidades, estas sí a imagen y semejanza del hombre y sus pequeñeces.
Como suelo afirmar en páginas como ésta:
No me crean a mí, lean a Carlos:
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1 comentario:
José Luis,
Gracias por la solidaridad. Es penoso lo que vivimos.
Ahora tenemos que cerciorarnos in situ si nuestras donaciones llegan a lugares seguros. Esto último por la denuncia a la funcionaria de un distrito limeño, quien "guardaba amablemente" donativos en su casa para que no se malograran.
He actualizado más desaciertos y denuncias.
Saludos,
Carlos
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