Kristina sacó un empate en su vuelo rasante por España. En su maratón de lustre internacional, les enseñó economía política a los empresarios que invierten en Argentina, sacó algunas chapitas progresistas con sus colegas -en gobernar- del PSOE. Y logró que el bueno del Juanca -un rey que de tonto sólo tiene la cara, sacó patente de estadista democrático en una movida pesada como el tejerazo y sabe de negocios internacionales- interrumpiera sus vacaciones para ofrecerle una mesa bien servida en su palacio de verano, en privado. Y... nada de fotos con él. Amigos son los amigos, pero no es para tanto. Fotos, no. Cuando don Juan Carlos se borra de vacaciones, se borra. A pesar de los esfuerzos de diplomáticos argentinos puestos a amanuenses de rango (contradictorio, ¿no?) que corrieron de un lado a otro como falderos.
Cristina Kirchner fortalece alianzas internacionales
La recibió Rodríguez Zapatero y se reunió con empresarios
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