lunes, 11 de febrero de 2008

El París-Dakar en la Argentina. Mirá si se lo iba a perder la primera dama...


Es cierto que Argentina, al menos, siempre ha sido una plaza fuerte en lo que hace al automovilismo deportivo.
El maximae maximorum (no me pidan que repita el latinazgo) del deporte de los fierros de Post Guerra Mundial II fue el Gran Premio de Carretera 1948 -épica locura de 14 etapas entre Buenos Aires hasta la ciudad de Caracas tras 9.576 kilómetros de recorrido.
Aun hoy, sesenta años de por medio, el nombre popular de la Buenos Aires-Caracas sigue siendo un sinónimo de la desmesura.
Para las nuevas generaciones de tuercas, en cambio, y a partir del resurgimiento económico de Europa, el sitial de lo más se lo apropiaron la Fórmula Uno y sus antecesoras y el Campeonato Mundial de Rally, cuyo crecimiento mediático hizo al desafío anual un evento anual por sí mismo, hasta con reglas propias
Pues bien: el Rally y su mejor estandarte, la París-Dakar, acaba de firmar su propia acta de defunción.
Los crecientes problemas de la prueba, tachonados de muertes de espectadores y participantes, se juntaron con la degollina de cuatro turistas europeos a manos de grupos armados irregulares obligaron a bajar el telón a la espera de mejores tiempos.
¿Y qué tendrá que ver todo esto con la supervivencia de un X-sport (deporte extremo)?
Que el Rally y el Grand Prix de calle, o carretera, recordaron aquella locura sexagenaria llamada Buenos Aires-Caracas y su heredera París-Dakar tendrá su nueva generación en el Rally Argentina-Chile, sin cambiar de nombre. Algo así como el Dakar Chileno Argentino.
Un parto de los montes, que le llama nuestra lengua madre. Claro que con una vitalidad propulsión a euros en cantidades alucinantes. Los norte-americanos tienen su propio circo tracción a dólares.
Y acá viene la historia. La cuestión, en Argentina, fue manejada por sus dueños como cualquiera acción comercial-financiera-promocional de cierta envergadura.
Pero no. Llegada la cuestión a estamentos oficiales argentinos, nuestro Poder Ejecutivo (más corto: la señora K) debe haber pensado algo así como: "¿Auspiciante? ¡Or-ga-ni-za-do-ra! Digo... or-ga-ni-za-dor. ¡El Estado Protagonista!
Y ahí empezó el jaleo. Encima, deben haber encerado los pisos el domingo y habrá habido varios cadetes, subsecretarios y ministros fuera de pista en cada recodo de la gran casona rosa-fashion de la calle Balcarce al 50.
Todo para llegar al mediodía del martes con Su Anuncio (personal,¿eh? in situ, ad hoc, de visu, urbi et orbi), de Su París-Dakar-Buenos Aires.
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Cristina anuncia la llegada del Rally Dakar criollo (Perfil.com-click aquí)

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