jueves, 29 de noviembre de 2007

Juan Gelman es premio Cervantes. Hechos, un fragmento inolvidable de 1978

Aquí, la noticia seca, poco menos que pelada, del título de arriba, con escasos agregados.

Lo primero es lo primero.

El poeta
Es nacido en Buenos Aires, en el barrio de Villa Crespo, en 1930, hincha (fanático, tifoso, reconocido "procer" de Atlanta, su club de fútbol). Su primera obra publicada, Violín y otras cuestiones, prologada por otro grande de la lírica poética ríoplatense, Raúl González Tuñón.
Es considerado por muchos colegas uno de los mejores de su generación.
Debió marchar al exilio de doce años por la violencia del terrorismo de Estado impuesto por la dictadura militar, bajo cuyas expresas instrucciones –no fue un “error”– apresó, sometió a tormentos e hizo desaparecer a su hijo y a su nuera, embarazada.

Su lucha de años logró recuperar la identidad de su nieta nacida en cautiverio en la República Oriental del Uruguay.
En 1997 recibió el Premio Nacional de Poesía. Su obra ha sido traducida a diez idiomas. Reside actualmente en México, aunque, asegura, –Volver, vuelvo todos los años, pero no para quedarme. La pregunta para mí no es por qué no vivo en la Argentina sino por qué vivo en México. Y la respuesta es muy simple: Porque estoy enamorado de mi mujer, eso es todo.
El poeta resiste, metódico y fastidiado, todo intento de admiradores –la mayoría bien intencionados– que intentan vincular sus artes singulares con sus obvios y execrables padecimientos de ciudadano.
En México, Juan Gelman debió dedicar todo el jueves a las inevitables entrevistas telefónicas y teleconferencias. Y debe seguir cumpliendo con la tarea que se autoimpuso.
Paciente, en la mayoría de los casos el poeta se ocupó de su oficio.
-Más allá de lo personal, de lo que me atañe -afirmó-, es un reconocimiento para la poesía, al lado del "no reconocimiento" que ejercen sobre ella las editoriales.








El gran poeta argentino, que acaba de editar un nuevo poemario,




LANACION.com ADN Cultura Jueves 29 de noviembre de 2007








mientras el dictador o burócrata de turno hablaba
en defensa del desorden constituído del régimen
él tomó un endecasílabo o verso nacido del encuentro
entre una piedra y un fulgor de otoño
afuera seguía la lucha de clases/el
capitalismo brutal/el duro trabajo/la estupidez/
la represión/la muerte/las sirenas policiales cortando
la noche/él tomó el endecasílabo y
con mano hábil lo abrió en dos cargando
de un lado más belleza y más
belleza del otro/cerró el endecasílabo/puso
el dedo en la palabra inicial/apretó
la palabra inicial apuntando al dictador o burócrata
salió el endecasílabo/siguió
el discurso/siguió la lucha de clases/el
capitalismo brutal/el duro trabajo/la estupidez/la represión/
[la muerte/las sirenas policiales cortando la noche
este hecho explica que ningún endecasílabo derribó hasta
[ahora
a ningún dictador o burócrata aunque
sea un pequeño dictador o un pequeño burócrata/y también
[explica que un
verso puede nacer del encuentro entre una piedra y un fulgor
[de otoño o
del encuentro entre la lluvia y un barco y de
otros encuentros que nadie sabría predecir/o sea
los nacimientos/ casamientos/ los
disparos de la belleza incesante

Juan Gelman

de "Hechos", 1978

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