Puerta nueve
Tu paso firme en el pasillo
Se aleja hacia la entrada
Del moderno conventillo.
La noche se fue, como si nada.
En el vano de la puerta nueve
Enciendo un cigarrillo.
Afuera, llueve.
Adentro hay sol. Se quedó el brillo
De tu mirada arrebatada.
Y el fulgor, el cimbrear de tus caderas,
de veras.
Que curan, cicatrizan y alimentan
Más de la cuenta,
Casi siempre con aires de locura,
A veces, con ríos de ternura,
El alma cascoteada de este otario,
Un punto de genio estrafalario,
Solitario.
Que se pregunta cosas. Muchas.
Mirando el cigarrillo.
Cuando, al cerrar la puerta, escucha
Tus tacos resonando en el pasillo.
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José Luis Agromayor
(C) 1995
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Conventillo. m. Casa de inquilinato de muchas habitaciones en las cuales, con frecuencia, viven hacinadas familias enteras y, a veces, personas solas o parejas, todas de pobre condición.
Conventillo. m. Casa de inquilinato de muchas habitaciones en las cuales, con frecuencia, viven hacinadas familias enteras y, a veces, personas solas o parejas, todas de pobre condición.
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Cascotear. tr. Apedrear, tirarle a alguien cascotes.
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Otario. Adj. Cándido, elegido por un delicuente para ser estafado... (Por alusión a la otaria, nombre científico del león marino, animal de movimientos torpes que se deja atrapar con facilidad).
.Punto. m. Individuo innominado.
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Del DICCIONARIO ETIMOLÓGICO DEL LUNFARDO, DE OSCAR CONDE
Buenos Aires, octubre de 2004
ISBN 987-04-0003-5
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"Lo que muchos llaman lunfardo es brillo de la imagen popular, es una nueva forma de la metáfora. Es el lenguaje propio de la canción."
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Enrique Santos Discépolo. Poeta, compositor, actor y autor teatral (1901–1951).
Autor de las letras de más de 20 tangos emblemáticos de la historia musical argentina.
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4 comentarios:
Gracias por el enlace al güeblog; y, en respuesta, he hecho lo mismo. Nos seguimos leyendo. Saludos desde México.
Por nada, compañeros. A sus órdenes por este culo-sur del mundo y mis respetos al subcomandante poeta, si es posible. Un abrazo.
Pues yo, mientras leía, cantábalo como tango. Muy bella la letra.
Un abrazo
Cantábaslo como tango... Maja, tienes ojos que oyen.
Así me sonó cuando lo leí.
Deliro... Tienen tanto de calé nuestros lamentos y alegrías rioplatenses.
Digo: ¿si le procuras unas musiquitas a estas rimitas? Si lo dices, la letra es tuya.
Si faltan estrofas, estribillos, se ve.
Si te cae mejor, olvídalo. Pero el lance ya lo eché.
Dos abrazos.
PD: No te preocupes. Todos tus lectores sabemos que no eres ni la milésima de infeliz que tus heroínas.
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