viernes, 22 de junio de 2007

La "coronita" de su majestad

La Cancillería y La Presidencia argentinas "se echaron un moco",
se enteró toda la web y, en lugar de pedir disculpas, se enojaron.

VIERNES 22 de Junio de 2007 - ENVIADO POR E-MAIL. USUARIO: José Luis Agromayor ( jlagromayor@gmail.com ) envía esta nota desde LANACION.com.
Los adolescentes y post adolescentes de esta ciudad, algunos de ellos buenos prospectos de literatos populares, han acuñado y echado a correr con vigor una figura o parábola que, confío, en poco de andar puede llegar a los diccionarios de Lunfardo.
Se trata de echarse un moco. Guarros y escatológicos si los hay, buenos observadores, aluden así a la universal actividad humana de hurgarse las fosas nasales con los dedos, extraer restos resecados de mucosidades y amasarlos entre los mismos dedos. Pero echarse un moco es algo más: es sacárselos, amasarlos, y ser sorprendidos en la réproba práctica. Más aún, y este matiz convierte al término y a la actividad en netamente local, argentina hasta la muerte, nacional y popular: para echarse bien el moco hay que mirar al fisgón inoportuno con adustez cuasi indignada, como diciendo "Hombre... ¿¡No pensará Ud. que me estoy sacando un moco, verdad!? Faltaba más..." Bien, estos pillastres han descubierto la esencia de una carísima afición argentina, más arraigada acaso que el tango y el fútbol.

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Polémico dominio web

Niegan que cristina.gov.ar sea proselitista


http://www.lanacion.com.ar/politica/nota.asp?nota_id=919498


Taiana dijo que lo autorizó porque es la primera dama


El Gobierno reconoció ayer que autorizó la inscripción del dominio de Internet cristina.gov.ar para la senadora Cristina Fernández de Kirchner, pero negó que se lo vaya a usar con fines proselitistas.
El registro de esa dirección en la Web, que tomó estado público luego de que LA NACION lo consignó en su edición de ayer, fue fuertemente cuestionado por la oposición y por la comunidad de Internet, porque los dominios terminados en ".gov.ar" están reservados para organismos gubernamentales y no para nombres de personas. El diputado Fernando Sánchez (ARI) presentará hoy una denuncia penal contra el vocero presidencial, Miguel Núñez, responsable de la inscripción del dominio.
"Fue solicitado por la Vocería Presidencial y se lo hemos concedido porque nos parece perfectamente lógico que el Presidente y su señora tengan un sitio en Internet", dijo el canciller Jorge Taiana a LA NACION en Nueva York, adonde viajó para exponer ante el Comité de Descolonización de la ONU. Un organismo de la Cancillería, el Network Information Center Argentina (NIC), es el encargado de habilitar los dominios terminados en ".ar" (extensión correspondiente al país). El ministro se mostró muy molesto cuando LA NACION lo consultó sobre la utilización de ese dominio para una eventual campaña presidencial. "No tiene nada que ver. ¡No me haga preguntas que no corresponden!", se ofuscó. Luego, en declaraciones difundidas por la agencia oficial Télam, Taiana agregó que "
esto no tiene nada que ver con la campaña".
La resolución 2226/2000 de la Cancillería estipula que "las denominaciones bajo «gov.ar»sólo se registrarán cuando identifiquen a dependencias estatales, sean éstas de carácter nacional, provincial o municipal, no pudiendo utilizarse para identificar a entidades que no pertenezcan a los Poderes Ejecutivo, Legislativo o Judicial".
Es decir, son dominios exclusivos para entidades y no para personas. Y ni la figura de la primera dama ni la de una candidata pertenecen a alguno de los tres poderes del Estado. Como senadora, la esposa de Kirchner forma parte del Legislativo, aunque la solicitud del polémico dominio fue cursada a través del Ejecutivo.
El Gobierno no explicó por qué, si se pretendía renovar la imagen virtual del matrimonio presidencial, en mayo último inscribió al menos siete dominios dedicados a la legisladora (distintas combinaciones de su nombre y de los sufijos "gov.ar", "com.ar" y "ar") y sólo uno para el primer mandatario ( nestorkirchner.gov.ar ). Tampoco aclaró por qué se decidió hacerlo cuatro años después de asumir y a pocos meses de una campaña presidencial. Además, nadie intentó registrar primeradama.gov.ar .
El acceso a cristina.gov.ar está por el momento restringido al público. Pero Cristina Kirchner consiguió además un dominio de primer nivel (direcciones terminadas en ".ar" que carecen de sufijos como ".com" o ".gov"), algo tan exclusivo que no le fue otorgado a ningún otro individuo. Hay sólo una decena de casos y en general responden a proyectos de interés nacional, como educ.ar y gobiernoelectronico.ar .
LA NACION intentó ayer comunicarse por segundo día consecutivo con el vocero presidencial. Las secretarias de Núñez prometieron pasarle el mensaje, pero el funcionario nunca respondió las llamadas.
El diputado Sánchez lo denunciará hoy en Tribunales y analiza presentar también un pedido de informes en la Cámara baja. Entre las figuras penales por las que Núñez podría ser denunciado figuran las de incumplimiento de los deberes de funcionario público, fraude a la administración y malversación de caudales públicos, según anticipó a LA NACION.

Incluso no descarta pedir que la Justicia investigue si el vocero cometió cohecho y tráfico de influencias. "Aquí se deja traslucir cuál es la concepción que tienen del Estado nacional. Cristina se creyó que el Estado es ella", dijo el legislador de ARI.
Núñez registró como contacto técnico de esos dominios a Santiago Capurro, de la empresa Supergol. "Hubo un contacto con Miguel y con otra gente de él. Estamos viendo si desarrollamos un sitio, pero todavía no hay nada", dijo Capurro.


El sitio cristina2007.com.ar, registrado por un particular (presuntamente con la intención de venderlo luego a la candidata), vivió ayer un repentino éxito.

Varios internautas dejaron en el blog mensajes en tono irónico hacia el Gobierno. "¡No, chabón! ¡Lo que hiciste! Van a censurar Internet ahora", dice uno. "Flaco, arreglá con K. Es un peligro: te van a mandar los piqueteros a hacer un escrache, o te van a obligar a venderlo con un precio máximo", agregó otro.


Por Oliver Galak
De la Redacción de LA NACION


Con la colaboración de:
Alberto Armendáriz


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