lunes, 14 de mayo de 2007

Siglo XXI Cambalache


Abuelas de Plaza de Mayo, Página 12,
Sócrates, Goebbels, Antonio Machado,
Verbitsky, Pepe Treviño, algunos otros
santos inocentes y pedantones al paño
que miran, callan, y piensan
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El cambio del sexto al séptimo año del milenio trajo motivos de tristeza y desasosiego para algunas buenas gentes. El 15 de enero de 2007 falleció en la ciudad de Buenos Aires José B. Treviño a los 84 años.
Pepe, periodista, entrañable maestro y lúcido testigo de la segunda mitad de siglo pasado, practicó a lo largo de su vida la coherencia, en tanto actitud lógica y consecuente con los principios que se profesan ((DRAE) . Entre otros, éstos fueron las ideas humanistas y progresistas, la honestidad y la sencillez.
Su proverbial llaneza fue la elección de un hombre culto y de fina sensibilidad.
Con gracejo, se autotitulaba socialista inorgánico, aunque confesaba haberlo sido también orgánico.
—Es como la química, che. Con la orgánica, me pierdo…
También bebió de la fraternidad y las bibliotecas masónicas. Pero un buen día largó. Nada personal:
—Los hermanos son de lo mejor… pero me duermo…
Es el autor del libro La carne podrida, sobre el negociado Swift-Deltec con el que intereses frigoríficos locales y estadounidenses perjudicaron al Estado argentino, que fuera ventilado por la justicia a finales de la década de 1960. Hasta el día de hoy, carne podrida es para el habla popular el más expresivo sinónimo putativo de engaño mayúsculo.
Integró las redacciones de los diarios Crítica, La Prensa y El Cronista Comercial y de la agencia noticiosa DYN, entre otros medios.Fue asesor de la Presidencia de la Cámara de Diputados de la Nación desde 1983 hasta su jubilación.
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Benevolencia no quiere decir
tolerancia de lo ruin
o conformidad con lo inepto,
sino voluntad de bien.
Antonio Machado, escritor (1875-1939)
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Por otra parte, Pepe, su mujer Carmen Rivarola —periodista como él, consecuente con sus ideas progresistas como él, fallecida en el invierno de 2003— y su hija adoptiva Juliana —hoy de 29 años— fueron víctimas y protagonistas de un episodio de justicia paradójicamente injusto.
La enorme tarea de reparación de los daños que la última dictadura militar de 1976-1983 provocó en la Argentina con el terrorismo de Estado costó —y cuesta— treinta mil desaparecidos y la apropiación de varios centenares de bebés de detenidos-desaparecidos, entre otros delitos de lesa humanidad.
Aun antes de que los militares usurpadores debieran huir del Poder tras la debacle de la Guerra de Malvinas, Carmen de Treviño supo —a través de dos de los prominentes luchadores por los derechos humanos, los escritores Ernesto Sábato y María Elena Walsh— de la apropiación de niños secuestrados junto a sus padres por los represores o nacidos en el cautiverio.
Pepe y Carmen pensaron en la dirección correcta: Juliana, adoptada de pocos meses de vida en 1978 con todas las de la ley, podía ser una de las criaturas que las Abuelas ya buscaban como podían. De la mano de sus padres, la niña fue una de los primeros voluntarios en dejar su sangre en el novedoso Banco Nacional de Datos Genéticos, creado en 1987 por ley para entender en “todo conflicto de filiación”. La investigación no dio pistas firmes.
En 1988, en un procedimiento por lo menos confuso, un juez federal de un distrito suburbano del Oeste de Buenos Aires, Juan María Ramos Padilla, invocando indicios obviamente erróneos, citó al matrimonio Treviño y a su hija al juzgado en horas desusadas, alegando motivaciones que encubrían su intención de quitar por la fuerza pública la custodia de la niña a sus padres para entregarla a los familiares de la pareja de los hasta hoy desaparecidos militantes políticos Pedro Sandoval y Liliana Fontana.
Ramos Padilla fue luego acusado por su intervención en el caso ante la propia Justicia y se estima que los argumentos del cuestionamiento influyeron para impedirle un ascenso a camarista y hasta habrían merecido sanciones administrativas dentro del Poder Judicial.
Lo que sí ocurrió sin calificaciones condicionales fue que el programado y deseado despegue del oportunista hacia la política con una candidatura a una diputación por el radicalismo quedó en agua de borrajas.
Tras meses de zozobra para los Treviño y su doblemente extrañada niña de 10 años, estudios más rigurosos realizados con nuevas técnicas en Francia y los Estados Unidos por fin perforaron el cerco de maniobras judiciales y descartaron la filiación de Juliana como Fontana Sandoval.
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Miente, miente, que algo quedará
Joseph Goebbels (1897-1945)
Ministro de Propaganda nazi
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Otra arista oscura y grotesca de este caso fue el tratamiento sensacionalista que en ese momento le dio cierto sector de la prensa progresista y comprometida con los Derechos Humanos; por ejemplo, el entonces influyente diario Página 12, con Horacio Verbitsky a la cabeza.
En plena vigencia de medidas judiciales cautelares, sin el menor recato –siquiera por lo doloroso y grave de la causa, no por los Treviño–, se les dio en ese medio a Pepe y a Carmen el trato de apropiadores cercanos al Poder, y hasta filtraron supuestas infidencias de los expertos psicólogos que trataron a Juliana durante su extrañamiento forzado de su casa, que sigue siendo la de hoy. En plena ordalía, aventuraron falsamente indicios de ciertos rasgos de perversión detectados en la relación de Pepe para con su hija.
Entonces, y hasta ahora, se especuló con que semejante fiereza en torcer lo que al fin resultó la realidad obedeció al deseo de algún estratega de inteligencia de armar un leading case, un caso emblemático ante la difícil tarea por delante de devolverles su identidad a las víctimas de esta tragedia. Al parecer, el desvarío en curso sostenía que no tenía mucha gracia que la primera recuperación cabal de identidad tuviera como protagonistas a dos padres enemigos de la barbarie.
En realidad, era cuestión de hacer las cosas bien, y calladamente.
En esa dirección, las Abuelas de Plaza de Mayo ya han hecho justicia y reparación posibles con 87 hijos de desaparecidos hasta el primer trimestre de 2007.
Precisamente, el nieto recuperado número 84 fue Alejandro, llamado Pedro por sus reencontrados familiares sanguíneos, los Fontana y los Sandoval. Pedro pidió reserva de su identidad. Accedió a entregar una muestra de su sangre para comprobar su identidad sólo cuando lo ordenó un juez.
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Sólo la verdad nos hará libres
Sócrates (470-399 adC)
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Calladamente, decimos. Acaso resultó demasiado silencioso para las Abuelas. Ellas, a fuero de su bien ganada fama de mujeres íntegras y batalladoras, podían haber echado un poco de luz sobre el desdichado error de los comienzos. No lo hicieron. No se les olvidó. Decidieron no hacerlo, a pesar de sugerencias en contrario de simpatizantes de su justa causa.
En el manejo de la difundida noticia del hallazgo de Alejandro, ni las Abuelas ni medio alguno que se ocupó de la noticia mencionaron el antecedente de la pertinaz y refractaria equivocación con Juliana.
De eso no se habla.
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©José Luis Agromayor
Periodista M.P. 6897
Abril de 2007

8 comentarios:

Anónimo dijo...

La historia, si es cierta, sería conmovedora. Pero me niego a creer eso de Página.

Marutchka

Anónimo dijo...

María Elena Walsh los espera a todos en http://plagiodemariaelenawalsh.blogspot.com/

José Luis Agromayor dijo...

La persona que se indentifica como "MARÍA ALICIA GARCÍA FACINO (profesoragarciafacino@yahoo.com.ar, Tel:(03482)15635531-Reconquista-Santa Fe, AR)" en su blog despliega una cantidad de argumentos ininteligibles y delirantes sobre supuestos plagios de la Sra. Walsh y otros autores a textos de su madre.
Deduzco que utiliza alguna función de Blogger -que desconozco- que permite enviar un mensaje con su anuncio a todo blog que contenga la frase "María Elena Walsh" en cualquiera de sus textos.
El sitio y su contenido parecen obra de una mente perturbada y contienen calumnias e injurias.
Buscaré los recursos que el mismo Google provee para denunciar al sitio y no ser cómplice de esa acción.

Agromayor

José Luis Agromayor dijo...

Marutcha:
Tú de nuevo. Gracias por ocuparte otra vez de mi blogcito.
Con lo de Cambalache, no me creas a mí. Busca en la colección de Página 12, en el año que indico, alguna de las tantas notas infundiosas sobre el caso Treviño que, creo recordar, ese diario llamaba caso Fontana Sandoval.

José Luis

Admin dijo...

Hola Pachi, muy bueno tu blog! Me encanta! Lo que escribes es genial, no podía ser de otra manera, si sos periodista...
Y por lo que veo tienes mucho éxito a pesar de ser nuevo en esto de los blogs, la gente te lee y comenta mucho, me alegro por vos, es que en realidad es muy bueno lo que escribes!
Gracias por visitarme y dejarme tu comentario, ya mismo hago un enlace a tu blog, quiero tenerte a mano para poder leerte cuando quiera.
Me quedó una duda desde la primera vez que me visitaste y ahora lo volviste a repetir, que es una chica "K"?
Nos estamos "viendo" compañero sudaca.
Un beso

Anónimo dijo...

Soy yo k_nelita, la del comentario anterior, salió el nick del blog de Blogger, tengo que cambiarlo.
Un beso

Carlos Terrones L. dijo...

José Luis, el gusto es mío.

En nuestras latitudes poco podemos esperar de nuestros gobernantes. Máxime si la democracia nunca fue su objetivo, al contrario. Claro ejemplo de ello sucedió en Perú: más años duró la época de dictadura que de la democracia. Ahora solo tenemos una democracia frágil.

Sumado a que algunos medios de comunicación en Perú y América Latina han demostrado estar en contra de la democracia. La historia lo confirma.

Se agradece tus comentarios,

Carlos

José Luis Agromayor dijo...

Amigo Carlos:
tnego algo que puede interesarte en la cabecera de hoy de mi blog- Veré sin aprendí a comunicarme blog-a-blog.
Un abrazo.