La semana anterior -por fortuna ya es pasado- dejó por estos arrabales últimos algunos complejos de culpa digámosle patrióticos.
Disimulados tras el espectáculo de dos jefes de Estado, argentino y uruguayo, en plan de "matones de lechería", bravucones en plan de edificar amenazas, surgió el viejo y conocido olor a cloaca política.
Los extorsionadores eficientes saben que un "trabajo" bien hecho requiere un victimario que convenza y una víctima que lo crea.
"Corto las rutas del Mercosur".
"La papelera se pone a trabajar ya".
Disimulados tras el espectáculo de dos jefes de Estado, argentino y uruguayo, en plan de "matones de lechería", bravucones en plan de edificar amenazas, surgió el viejo y conocido olor a cloaca política.
Los extorsionadores eficientes saben que un "trabajo" bien hecho requiere un victimario que convenza y una víctima que lo crea.
"Corto las rutas del Mercosur".
"La papelera se pone a trabajar ya".
Ambos debieron cumplir las venganzas anunciadas.Con el descrédito ya en ambos bolsillos, Venezuela acude en auxilio de los desubicados del Sur, a cuento de nada, para proclamar la condición de "fascista" de un ex presidente de gobierno español, a cargo del ascendente Hugo Chávez.
Leyeron bien: ascendente. De pintoresco a funesto.
Por fin, la bocanada de aire fresco nos la regaló un diario de la región que utilizo asiduamente, La Nación, de Buenos Aires, con una entrevista al mexicano Carlos Fuentes.
El escritor sabe en qué consiste su trabajo. Y lo hace.
Será como dicen los que saben.
Leyeron bien: ascendente. De pintoresco a funesto.
Por fin, la bocanada de aire fresco nos la regaló un diario de la región que utilizo asiduamente, La Nación, de Buenos Aires, con una entrevista al mexicano Carlos Fuentes.
El escritor sabe en qué consiste su trabajo. Y lo hace.
Será como dicen los que saben.
Unos hablan para el olvido. Los otros escriben para la memoria.
Entrevista con Carlos Fuentes
El escritor mexicano criticó a Chávez
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