Una Francia con los estamentos del poder ansiosos de "una buena" entre tantas "pálidas", monsieur Nicolás Sarkozy, por algunos momentos, creyó que la visita de este simpático cacique zambo de Venezuela Hugo Chávez le podía arrimar algún títular optimista.
Chávez había conseguido perturbar el protocolo de la Cumbre Iberoamericana de Santiago de Chile la semana anterior, haciendo perder la paciencia al buenazo del rey Juanca the first y a su Presidente del Gobierno JLRZ.
Ahora la Capital francesa y las grandes ciudades, acosadas por protestas gremiales y desbordes de descontento por recortes en las las sacrosantas jubilaciones, iban a conseguir que el dicharachero guajiro en tránsito a emperador llevara a la cita la prueba de vida de Ingrid Betancourt, política secuestrada por la guerrila más antigua del mundo, las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) hace un lustro, paso previo para obtener la liberación de la política.
Francia interviene en la cuestión pues Ingrid tiene a doble nacionalidad colombiano-francesa.
Pues no. Hugo no llegó con nada. Sólo su verbo, encendido cuando apostrofa o melifluo cuando debe "salir por peteneras".
Los biógrafos profesionales dicen que otro maestro en ambos papeles al instante en medio de una conversación fue Adolf Hitler.
Cada loco con su tema, decía mi abuela.
Francia interviene en la cuestión pues Ingrid tiene a doble nacionalidad colombiano-francesa.
Pues no. Hugo no llegó con nada. Sólo su verbo, encendido cuando apostrofa o melifluo cuando debe "salir por peteneras".
Los biógrafos profesionales dicen que otro maestro en ambos papeles al instante en medio de una conversación fue Adolf Hitler.
Cada loco con su tema, decía mi abuela.
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